Retractación:
por un uso inadecuado de la ciencia de los -sí- pseudocientíficos,
atribuía a la ciencia lo que solo al uso irresponsable, falaz y
materialista de la ciencia corresponde. Ciertamente, la ciencia no se
puede rebajar porque hagan un uso inapropiado y sesgado de ella.
Lo
que se defiende como “ciencia-científica” no es más que la
amputación de la verdad para que encaje en lo comprobable y controlable.Y la sabiduría popular asocia las medias verdades con la mentira.
Un
conocimiento sin sentido ¿es verdadero conocimiento? ¿Se puede
conocer algo sin conocer la ley de la que participa? ¿Un
conocimiento limitado a lo controlable es verdadero conocimiento? ¿Se
puede ser sabio sin conocer lo que se desconoce? ¿Sólo lo
verificable es VERDADERO? Honestamente, ¿podemos renunciar a la
VERDAD, aunque sepamos que no la conocemos “todavía”?
La
falta de honestidad, responsabilidad (y… ¡de arrestos!) de los
“científicos” egoístas, encerrados en su mundo materialista unido a la
judicialización del pensamiento, hacen que la posverdad se vaya
asentando.
La
consecuencias las vemos en la frecuencia descarada de las “fake-news”
(noticias falsas y torticeras) en los medios de comunicación, que
disparadas como cantos rodados en el lago producen esas ondas
entrecruzadas tan típicas, que aparecen en multitud de sucesos,
convirtiéndose en un “argumentum ad nauseam”, favorito de los
grupos populistas y totalitarios (también conocida como estrategia del "disco rayado").
Fraude en el corazón de quien trama el mal;/gozo para los que
aconsejan paz.
Ninguna desgracia le sucede al justo,/pero los malos están llenos de
miserias.
Los labios mentirosos abomina Yahveh;/los que practican la verdad
alcanzan su favor.
El hombre cauto oculta su ciencia,/el corazón del insensato proclama
su necedad.
La mano diligente obtiene el mando;/la flojedad acaba en trabajos
forzados.
Ansiedad en el corazón deprime al hombre,/pero una palabra buena le
causa alegría.
El justo enseña el camino a su prójimo,/el camino de los malos los
extravía.
El indolente no pone a asar su caza;/la diligencia es la mejor
fortuna del hombre.
En la senda de la justicia está la vida;/el camino de los rencorosos
lleva a la muerte. Salmo 12