martes, 30 de diciembre de 2014

INGENUIDAD


En estos días ha caído en mis pantallas un artículo de un pensador* reivindicando el poder transformador de la ingenuidad. Aunque a la conferencia le pongo graves objecciones de fondo y metodológicas (en cuanto propuesta, porque el artículo está impecáblemente estructurado y redactado) ha tenido el efecto de llevarme a contemplar ese misterio-fenómeno que cada año renovamos por estas fechas desde la perspectiva de la ingenuidad.
Y me ha resultado francamente esclarecedor contemplar a Dios en esa faceta de ingenuidad, sobre todo haciendo una relectura de la carta a los Filipenses. 
Una de las conclusiones evidentes es que Dios cree en el hombre mucho más de lo que el hombre cree en sí mismo y, por supuesto, de lo que el hombre cree en Dios.
En el escrito citado habla de un nuevo eón, de un nuevo comienzo y, ¿no es precisamente éso lo que celebramos los cristianos?
Pero si nos detenemos en otra figura, Francisco de Asís, él sí que comprendió y practicó sin medida la ingenuidad:

Con preferencia a las demás solemnidades, celebraba con inefable alegría la del nacimiento del niño Jesús; la llamaba fiesta de las fiestas, en la que Dios, hecho niño pequeñuelo, se crió a los pechos de madre humana. Representaba en su mente imágenes del niño, que besaba con avidez; y la compasión hacia el niño, que había penetrado en su corazón, le hacía incluso balbucir palabras de ternura al modo de los niños. Y era este nombre para él como miel y panal en la boca.
Una vez que se hablaba en colación de la prohibición de comer carne en navidad, por caer esta fiesta en viernes, le rebatió al hermano Morico: "Hermano, pecas al llamar día de Venus al día en que nos ha nacido el Niño. Quiero - añadió - que en ese día hasta las paredes coman carne; y ya que no pueden, que a lo menos sean untadas por fuera".
Quería que en ese día los ricos den de comer en abundancia a los pobres y hambrientos y que los bueyes y los asnos tengan mas pienso y hierba de lo acostumbrado (2Cel 199-200)

Podemos encender mil nuevos eones, que se fustraran, porque ya está iniciado el definitivo. Sólo esperan -la Creación entera- que  nos incorporemos a él, con humildad, honestidad e... Ingenuidad (la que Dios tiene con nosotros)

 
* La Ingenuidad Aprendida, Javier Gomá. versión digital.

martes, 23 de diciembre de 2014

REPETICIÓN


La etimología de repetición, en las lenguas latinas, lleva implícita un deseo de conseguir algo. Hoy en día tiene más bien un marcado matiz de fracaso, de aburrimiento... de desidia.
Al final siempre esta la actitud que nos salva (ó no). No en vano el éxito del programa terapéutico de V. Frankl, estriba en la actitud de considerar cada nuevo hecho o situación como una nueva oportunidad de lograr las cosas fallidas. Es lo opuesto de una actitud derrotista.
Mirar la Navidad como algo que se repite cada año lleva a mucha gente a apartarse y a buscar sustitutos más inmediatos, más tangibles (cuando no alienantes).
Ya las primeras comunidades cristianas fueron conscientes de este problema y les ayudo a reubicar su mirada y sus espectativas. Esperar “sine die” lleva a mucha gente a “no esperar”.
La esperanza, como diría J. Moltmann, estriba en descubrir señales de cumplimiento, no solo potencial, sino real.
En la Carta a los Romanos, Pablo de Tarso habla de que “nuestra salvación esta más cerca”(Rm 13,11). En esta percepción se basa nuestra esperanza cristiana.
Que vivamos agradecidos esta Navidad como oportunidad, con apertura, con ilusión renovada, con fe, con amor... y que nos sintamos obligados, en nobleza, a ser los “testigos” (dar testimonio) de los bienes futuros (Regla OFS, 6 y 12). Y ofrecernos como “instrumentos” para la implantación y construcción del Reinado de Dios. 

¡¡¡PAZ Y BIEN EN LA TIERRA A LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD Y GLORIA EN EL CIELO A DIOS CON TODOS SUS SANTOS!!!

martes, 16 de diciembre de 2014

EL LUGAR DE DIOS



Los hombres y mujeres de ciencia autenticos hoy en día estan marginados o tan encorsetados que, apenas son reconocibles como científicos. Lo que abundan son los cienticistas, gentes de visión miope y présbica, acuciados por las prisas y rentabilidades. La sabiduría es un arte, no al alcance de todo el mundo y es necesario que, el que aspire a ella, tenga la mirada limpia y ejercitada en el zoom pero también en la apertura de diafragma. El detalle pierde su sentido cuando se desvincula del conjunto.
Hay incluso gente que, considerándose ilustrada, tiene a orgullo mantenerse en la ignorancia. “Ni lo sé ni me importa”, repiten como discos rayados. Pero en realidad desconociendo las consecuencias, de su elección conviertiendo su decisión en culpable por complicidad con la ignorancia.
Que yo ocupe el lugar de Dios con mi ego o con sucedáneos, no desplaza a Dios, solo me corrompe. Me convierte en renegado. Y me paso la vida en cubrir la pestilencia y el hedor que exhalo con perfumes incapaces de lograrlo.
Ignorar a Dios, cerrar los ojos o, simplemente, darse la vuelta no eliminan su presencia. Pensar que el interés que Dios tiene por nosotros se parece al mejor de nuestros intereses es, sencillamente, infantil.
Estos días de adviento son momentos de acercar nuestra mirada al lugar que Dios aspira, el que El mismo escoge, para que lo preparemos. 

¿Qué templo podréis construirme, qué lugar para mi descanso? Is 66,1

Preparar los caminos del Señor pasa por dejarle ocupar el lugar que El escoja, en mí, en nosotros, en el mundo. Porque El estaba ahí antes que ninguno de nosotros y ya tenía su lugar. Que tenga que buscar un lugar solo habla de su magnanimidad y no de nuestros derechos.
Pero sobre todo porque solamente El ES y nosotros solamente somos por El. Y sólo EN El nuestra vida SERÁ.

¡Ven Señor Jesús y no tardes en llegar!

martes, 9 de diciembre de 2014

PASTOR


Se reptie con mucha frecuencia entre los intelectuales del mundo religioso la procedencia agraria de las metáforas y parabolas de Jesús de Nazaret. Pero lamentablemente la teología (los teólogos) hoy en día carece de “rodillas empáticas”. Por eso la figura del pastor ha sido sublimada –en el peor de los sentidos- y espiritualizada. En el mundo agrario que hemos conocido los que peinamos canas –ayer, no más- el pastor era un marginado y con mala fama en muchos de los casos, dejando rastro en canciones populares y no tanto, como la de J.L.Perales. Pero en el mundo antiguo, anterior a la venida de Cristo, también era una fuente de inspiración para autores inmortales como Virgilio en sus Bucólicas. Fuente que tiene su correspondencia en la literatura espiritual como aquel poema excelso: “pastor que con tus silbos amorosos...” de Lope de Vega. Por no llenar de citas de la Biblia o de san Juan de la Cruz.
Eso sin entrar en los efectos perniciosos que genera una soledad no asumida, ni deseada, ni escogida… que da paso a otras leyendas mucho más oscuras.
Sin embargo esta es la figura con la que Jesús se identificó, la que escogería en su estandarte si tuviera batallas que librar. Pero no, solamente hay una batalla que es digna de El, la del amor. Y un amor interesado a los pobres, los débiles y enfermos, los marginados, los despreciados… los derrotados y vencidos.
Estos días nos recuerdan y nos ponen en contacto con esta dimensión, relegada la mayor parte del año, si queremos preparar esos caminos que el Dios-con-nosotros recorre  y con quien nos encontraremos si permanecemos a la  vera de su senda.