lunes, 16 de abril de 2012

EL BIEN EN EL MUNDO

Decía G.K.Chesterton (gran pensador y terciario franciscano; 1874-1936) que el mal del mundo consiste en que no nos ponemos de acuerdo sobre "el Bien del Mundo". Quizás sería una insolencia añadir que no queremos ponernos de acuerdo (¿qué hay detrás de la pregunta sobre si puede haber un Bien para todos, tan "distintos" como somos?).
En estas fechas en que celebramos nuestra salvación como Bien Supremo, no estaría de más que nos preguntáramos, con el corazón en la mano, sobre ese futuro bien que (suponemos) esperamos, pero sobre todo:¿cual es el precio que estamos dispuestos a pagar? 
Una sencilla encuesta sobre los detalles que imaginamos sobre esta salvación pondría de manifiesto nuestras carencias y deformaciones.
Esta claro que los "santos" están desdeñados en este mundo que vivimos (sean de carne y hueso o espirituales). ¿Y la santidad? No como concepto abstracto, sino como deseo, como pasión, ilusión...
Y, si no tenemos algo de eso, ¿podremos aspirar a ser levadura y sal?
Tendremos que recurrir, como santa Teresa de Ávila a decir que "Dios escribe derecho sobre renglones torcidos" .
Oremos para que el Espíritu de Dios siga soplando sobre nuestros secos huesos para que sigan brotando tendones y carne en nosotros...

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