Uno de los espejismos actuales es la
sensación de control, al menos en la parte de explicación. Todo
fenómeno y acontecimiento DEBE tener una explicación y,
naturamente, siempre hay “expertos” que se prestan a darla. La
catástrofe ferroviaria de estos días lo confirma.
El misterio es lo que más descontrola
al hombre moderno y por tanto se elimina. Ya no sólo como un
mecanismo psicológico, sino que, además, se ha constituído en
DOGMA. Y la lista no es pequeña. ¡Tremenda paradoja en una sociedad
que se dice laica!
Le
preguntaron cierta vez a Uwaís, el Sufí: ¿qué es lo que la Gracia
te ha dado?
Y les
respondió: Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un
hombre que no está seguro de vivir hasta la noche.
Le
volvieron a preguntar: pero esto ¿no lo saben todos los hombres?
Y replicó Uwais:
Sí, lo saben; pero no todos lo sienten.
(A. De Mello, El canto del pájaro)
Su confianza es un hilo solamente,
su seguridad una tela de araña.
Se apoya en su morada, y no le aguanta,
se agarra a ella y no resiste. Job 8,
14-15