Si la fe de María ante
el anuncio del ángel es puesto como ejemplar para nuestra fe, la de
san José le sobrepasa, al menos, humanamente hablando. Sobre lo que
ocurre en mí puedo tener certezas hasta cierto punto, pero sobre lo
que ocurre en otra persona, ¿dónde me apoyaré?
Creer y actuar en
consecuencia no es otra cosa que fe verdadera. Y ésta fe es mucho
más cercana a nosotros hombres y mujeres de hoy, que cualquiera
otra.
Y no sólo se fió de Dios, sino que, al imponer el nombre al hijo que tuvo María, unió su estirpe a la de Dios, aceptando la significación de Jesús (= “Dios salva”) y convirtiéndose en su primer heraldo. Y su primer beneficiario según la tradición que cuenta que, al morir, estuvo en los brazos de María y de Jesús.
Y no sólo se fió de Dios, sino que, al imponer el nombre al hijo que tuvo María, unió su estirpe a la de Dios, aceptando la significación de Jesús (= “Dios salva”) y convirtiéndose en su primer heraldo. Y su primer beneficiario según la tradición que cuenta que, al morir, estuvo en los brazos de María y de Jesús.
¡Santo José enséñanos a creer y a caminar, como enseñaste a Jesús en sus primeros trastabilleos!
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