martes, 23 de diciembre de 2014

REPETICIÓN


La etimología de repetición, en las lenguas latinas, lleva implícita un deseo de conseguir algo. Hoy en día tiene más bien un marcado matiz de fracaso, de aburrimiento... de desidia.
Al final siempre esta la actitud que nos salva (ó no). No en vano el éxito del programa terapéutico de V. Frankl, estriba en la actitud de considerar cada nuevo hecho o situación como una nueva oportunidad de lograr las cosas fallidas. Es lo opuesto de una actitud derrotista.
Mirar la Navidad como algo que se repite cada año lleva a mucha gente a apartarse y a buscar sustitutos más inmediatos, más tangibles (cuando no alienantes).
Ya las primeras comunidades cristianas fueron conscientes de este problema y les ayudo a reubicar su mirada y sus espectativas. Esperar “sine die” lleva a mucha gente a “no esperar”.
La esperanza, como diría J. Moltmann, estriba en descubrir señales de cumplimiento, no solo potencial, sino real.
En la Carta a los Romanos, Pablo de Tarso habla de que “nuestra salvación esta más cerca”(Rm 13,11). En esta percepción se basa nuestra esperanza cristiana.
Que vivamos agradecidos esta Navidad como oportunidad, con apertura, con ilusión renovada, con fe, con amor... y que nos sintamos obligados, en nobleza, a ser los “testigos” (dar testimonio) de los bienes futuros (Regla OFS, 6 y 12). Y ofrecernos como “instrumentos” para la implantación y construcción del Reinado de Dios. 

¡¡¡PAZ Y BIEN EN LA TIERRA A LOS HOMBRES Y MUJERES DE BUENA VOLUNTAD Y GLORIA EN EL CIELO A DIOS CON TODOS SUS SANTOS!!!

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