lunes, 16 de marzo de 2015

CUARESMA-CUARENTENA


Ante esta palabra, hoy nos viene a la mente las semanas que preceden a la Semana Santa, pero no siempre ha sido así. La palabra cuaresma hace referencia a un tiempo de cuarenta días de preparación para la Pascua. Hoy en día solo se practica ésta, pero san Francisco propone otras tres más dentro del año litúrgico (San MIguel, Navidad y la de los “benditos” (la que consagró el Señor con su santo ayuno, 2R 3,6)).
Es un tiempo que esta dedicado a la preparación personal, a la conversión con los medios de penitencia tradicionales: oración, ayuno y limosna. Es un tiempo que invita al retiro, en seguimiento del que Cristo realizó cuando comprendió, sumergido en las aguas del Jordán, el llamamiento que Dios le hacía.
Toda la vida pública de Jesucristo fue una búsqueda incesante de la Voluntad del Padre y su cumplimiento fué la razón y el sentido de su vida.
Y nosotros, que nos llamamos cristianos, también debemos hacer de esa búsqueda y su cumplimiento, el proyecto de nuestras vidas.
Ayudados de la liturgia cuaresmal, entremos con decisión a la escucha de la Palabra, a la conversión personal y estructural, recordando las promesas bautismales (para renovarlas con fe y entusiasmo la noche pascual) y a la reconciliación con Dios y con los hermanos y hermanas.
Es un tiempo de discernimiento, pero sobre todo de salida, de éxodo, de exaltación de nuestro deseo de Dios, deseo de su Luz, de su Verdad. De esta manera prepararemos la vivencia de la noche pascual. Así iremos ganando en consciencia y en preparación para nuestra propia pascua, la definitiva, la que nos intoducirá, sin velos, en la vida de Dios.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Yo, el hermano Francisco, vuestro menor siervo, os ruego y suplico, en la caridad que es Dios y con el deseo de besaros los pies, que os sintáis obligados a acoger, poner por obra y guardar con humildad y amor estas palabras y las demás de nuestro Señor Jesucristo. Y a todos aquellos y aquellas que las acojan benignamente, las entiendan y las envíen a otros para ejemplo, si perseveran en ellas hasta el fin, bendíganles el Padre, y el Hijo, y el Espíritu . (2CtaF. Oración y bendición final)

* (He colocado una meditación, en archivo de audio, para esta cuaresma, en la pestaña "otros materiales")

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