No es un fenómeno
nuevo, tiene la antigüedad de la humanidad y forma parte de los
arquetipos del imaginario humano.
Algo que se observa es que, normalmente, el trabajo del odio de
recomer y carcomer la personalidad de un idividuo se hacía de forma
inconsciente. Ahora se observa en determinados individúos y lo que
es más nuevo, en grupos sociales, un verdadero cultivo del odio.
Gente que se esfuerza por activar memorias, restregar voluntades y
avivar rescoldos ya apagados. Celebrar el odio, la sangre, la
venganza... Y no precisamente buscando catarsis atávicas. ¡Todo por
un interés! (Ludwig Feuerbach hablaba de las
proyecciones de las impotencias humanas. Es seguro que su teoría y
método daría unos resultados muy diferentes a sus conclusiones
sobre la religión. ¿O, será una nueva religión la que esta
surgiendo? Un poco triste)
Criminalizar al que no
piensa como yo, absolutizar los juicios utilizando todos los medios
posibles. Cainismo puro y duro, pero bañado en cinismo.
Todo vale contra la
persona que me estorba, que me impide llegar, que me molesta o,
simplemente, que me cae mal o que no me gusta su peinado...
¿La Verdad? ¡Qué
ironía!Yo/nosotros soy/somos la verdad.
¿La cultura? Yo y los
míos somos “la cultura”.
¿La Historia? ¿A
quién le importa? Yo sé contar mis batallitas y basta.
¿Prometeo y Sísifo?
¿Tus muertos?
¿Tiempo? Cuando yo lo
diga
El insensato se hará
cuerdo
cuando un pollino de onagro nazca hombre.
Job 5,12
Un oráculo para el
impío es el pecado
en el fondo de su corazón;
temor de Dios no
existe
delante de sus ojos.
Con ojo harto lisonjero
se mira,
para encontrar y detestar su culpa;
las palabras de su
boca, iniquidad y engaño;
renunció a ser
sensato, a hacer el bien.
Sólo maquina
iniquidad
sobre su lecho;
en un camino que no es
bueno se obstina
y no reprueba el mal.
Sl 36
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