miércoles, 2 de marzo de 2016

MEDITACIÓN


 Hay un gran consenso en la necesidad de cambio que tiene nuestra sociedad. Aparece en todos los lugares y situaciones, aunque no sabemos muy bien qué. Y nos falta mucho para saber como. Es bueno escuchar a personas clarividentes y nada interesadas como Madelein Delbrêl:
Todos estamos predestinados al éxtasis, todos estamos llamados a salir de nuestras pobres maquinaciones para resurgir hora tras hora en tu plan(el plan de Dios). Nunca somos pobres rechazados, sino bienaventurados llamados; llamados a saber lo que te gusta hacer, llamados a saber lo que esperas en cada instante de nosotros: personas que necesitas un poco, personas cuyos gestos echarías de menos si nos negásemos a hacerlos. El ovillo de algodón para zurcir, la carta que hay que escribir, el niño que es preciso levantar, el marido que hay que alegrar, la puerta que hay que abrir, el teléfono que hay que descolgar, el dolor de cabeza que hay que soportar...: otros tantos trampolines para el éxtasis, otros tantos puentes para pasar desde nuestra pobre y mala voluntad a la serena rivera de tu deseo (M. Delbrél, La alegría de creer, Santander 1997, 135s).
  El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. Mt 10,39
 

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