Ángela vivió en un tiempo difícil (1248-1309), como el nuestro, de grandes cambios y a caballo entre dos épocas muy diferentes.
Dice uno de sus biógrafos que "apuró pródiga la copa de los placeres que el mundo le brindaba", o sea, el "carpe diem" de nuestra época. Ocupó 35 de los 61 años que vivió en ello.
Se hizo terciaria franciscana y se convirtió en "maestra de teólogos". Vivió con pasión toda su vida y fue una de las habituales del misterio.
Para los que se atrevan a semejante experiencia recomienda una actitud resumida en tres preguntas:
¿A quién te acercas?
¿Quién es el que se acerca?
¿En qué condiciones y por qué motivos?
Ángela llegó a ser santa.
(La lectura de hoy (1Jn3,7-10), nos indica que la santidad viene de la práctica de la justicia y el amor)
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