domingo, 1 de enero de 2012

EPIFANÍA

FIN DE LA PRIMERA ETAPA: EL MISTERIO



Lo que marca la diferencia entre las personas es su actitud ante el misterio.

Un ejemplo: Hay una creencia generalizada de que uno es grande si tiene muchos derechos. Cuando en realidad, el ser humano tiene derechos que se derivan de su Grandeza. Porque si fuésemos conscientes de esto no habría seres humanos (ni ninguna criatura) padeciendo injusticias, miserias, discriminaciones, abusos...

Poca gente repara que ponerse delante de esta grandeza, -la Grandeza que supone cada ser, cada criatura- supone un misterio que le desborda. Mucha gente solo reacciona con el brillo de los adornos, expresión de una riqueza, que confunden -deslumbrados- con grandeza.

Algunos no ven ningún misterio, otros, en cambio, solo giran la cabeza, otros aspiran a su conocimiento, otros a dominarlo y sacar provecho del ser que tienen delante, algunos más se interesan por las reaciones que se producen dentro de sí cuando esta cerca...

En estas fechas, los cristianos celebramos (Francisco de Asís hablaría de "revivir") un misterio, que no es uno más, sino EL MISTERIO. Que resumido sería: el AMOR que Dios nos tiene. Las cuatro grandes expresiones del Antiguo Testamento: Misericordia, fidelidad, justicia y paz se han condensado en esta criatura frágil: Jesús de Nazaret, Emmanuel=Dios-con-nosotros.

Comprender, pero sobre todo, dejarse afectar por este Misterio nos lleva a la adoración.

¡UNÁMONOS EN LA ADORACIÓN A NUESTRO DIOS Y SEÑOR!

No hay comentarios:

Publicar un comentario