La actual civilización ha hecho un gran esfuerzo emancipativo con el establecimiento de los Derechos Humanos. Es un gran paso de crecimiento humano y de autocomprensión. Pero este paso empezó hace ya más de dos milenios con los filósofos griegos y si aplicamos nuestros habituales criterios modernos sobre el tiempo, podemos sufrir una desilusión al comparar los avances obtenidos.El problema es que ya podemos ver en esta denominada "crisis de valores" un estancamiento y una corrupción en ese camino de lento crecimiento de desarrollo personal.
Lo podemos ver más claro en los -dizque- "adalides de la libertad", conculcando derechos básicos de libertad (a los inmigrantes ilegales se les cobra impuestos como a los ciudadanos y se les trata como a esclavos, por poner un ejemplo evidente) manteniendo una hipócrita y doble moral.
Mucho se esta hablando de recuperar valores, pero todos los planteamientos van hacia atrás intentando repetir experiencias, ignorando uno de los principios descubiertos hace milenios: "todo fluye", enseñaba Heráclito.
UNA PROPUESTA PARA EL FUTURO
Los Derechos Humanos se han desarrollado amparando las necesidades humanas. Ahora queda desarrollar las Obligaciones de los Remanentes. La tesis es sencilla: si sobre lo que necesito tengo un derecho, con lo que me sobra, tengo un deber.
Dada la oposición creciente a la cultura cristiana (en gran parte por su propia corrupción interna) y el empecinamiento en el "valor añadido" (es hiriente que los bancos, con ganancias milmillonarias, hablen de pérdidas), el reto se hace muy complicado.
Y, claro, sin olvidar que la Universalización efectiva de los Derechos Humanos, más allá de las rimbombantes declaraciones universales, que se las está llevando el viento, no ha llegado todavia.
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