miércoles, 16 de enero de 2013

MARRAKECH vs. DAMIETA

Marrakech (1) y Damieta (2) -->
Son los dos modelos de alcanzar el ideal del deseo franciscano: la perfección de la caridad.
En realidad el deseo de Francisco iba mucho más allá y, tal vez por eso en Damieta Francisco trocó el deseo de santidad personal en deseo de salvación universal. Tal vez sin Marraquech no hubiera habido Damieta.
La pregunta que hoy se escucha en boca de muchos “agnósticos” es: ¿porqué tengo yo (casi siempre, tú) que buscar salvar a alguien?
La pregunta está viciada en su origen y, en algunos, simplemente es capciosa.
Está viciada -en gran parte- por la propia palabra salvación cargada de ideología y a merced de interpretaciones subjetivas. Sólo cuando entendemos salvación en clave de felicidad podemos acercarnos al pensamiento de Francisco de Asís. Y la felicidad puede liberarse de su carga egoísta solamente cuando compartimos. Y puestos a liberarnos de nuestro egoísmo diremos que no buscamos sino que solamente proponemos. Que es, justamente, el modelo divino.

“Así serás feliz, tu y tus hijos... Dt 4, Jn 4,15”

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