jueves, 6 de junio de 2013

ALIENACIÓN


Estos días hay un debate -por la oposición popular- sobre la explotación de unos terrenos por la minera multinacional Xstrata Nickel. No sólo la presión popular sino también un informe negativo del PNUD ha obligado al gobierno a negar el permiso de explotación “temporalmente”. Esperando que cese la alarma social creada por la posible intervención de una zona de alto valor en el equilibrio ecológico de la Hispaniola.
Y es que solo puede entenderse lo vivido estos días en la población de Bonao, desde la alienación que impera.
Resulta que la empresa en cuestión ha conseguido enfundar en camisetas entintadas con slogans a los trabajadores y comerciantes, que eleven pancartas y sacarlos a la calle en manifestación.
Uno de los slogan empuñados es “no jueguen con mi moro” (pintados con pistola y plantillas, claro que para esto sí hay dinero ). Como si no hubiera otros intereses mayores.
Cualquiera que tenga ojos en la cara y quiera abrirlos para ver en qué se ha convertido los terrenos ya explotados en los últimos cuarenta y dos años puede darse cuenta en qué se ha convertido el moro de los antiguos trabajadores (ya licenciados, porque eran muy costosos) donde ni batatas pueden ya sembrarse, en una zona privilegiada de yuca, guineos, mangos y todo tipo de frutales. Por supuesto de la reforestación pactada, ni la mitad de la décima parte. Pero claro esos manifestantes no pueden montar en los helicópteros en los que se pasean los jefes para ver en toda su dimensión la zona explotada, ni patean el terreno como los hijos de Machepa. Tampoco les preocupa el moro de sus hijos, nietos... Ni el agua, ni la contaminación, ni la extinción de especies naturales, de siglos. Nada de esto cuenta sólo el moro para hoy.
¿No es otra muestra de la alienación que nos aplasta?
Sin una conciencia social, ¿qué puede quedar de las conciencias personales? Y sin conciencia personal, ¿podemos ser personas?
No es solamente las preocupaciones ecologistas las que deben movernos a los cristianos en este caso sino la Justicia Social ninguneada y pisoteada.

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