viernes, 21 de junio de 2013

AMOR LÍQUIDO (y II)

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Siguiendo a Z.Bauman descubrimos porqué el mundo líquido ha eliminado los VALORES: por “excesivos e inaceptables”. Pero es cuando habla del enamoramiento donde descubrimos hasta donde llega el calado y la catadura de los integrantes de este mundo líquido.
Además de la postergación de los valores se practica una PERVERSIÓN en el lenguaje. Así el campo semántico de la palabra amor queda reducido al de la expresión: “hacer el amor” y lo que había nacido como un eufemismo se convierte en primera acepción de la palabra.
Y la práctica “aceptable” del amor se identifica con la misma de don Juan Tenorio. Pero ya ha sido identificado como el arquetipo del “amante impotente” por lo que no es de recibo proclamarlo. Nueva perversión: el objetivo de la acción amorosa no es tener una experiencia ni consumar una relación, sino “volver a comenzar desde el principio”. Es aquí donde focalizan su interés. El cuidado está en no condicionar esa hipotética nueva situación. Y de lo que se trata no es de “aprender a amar” sino DESAPRENDER lo ya amado ("una incapacidad aprendida de amar"). La razón nos viene dada en la cita que recoge el libro de E. Fromm:
"En el amor individual no se encuentra satisfacción [...] sin verdadera humildad,coraje, fe y disciplina"; y luego agrega inmediatamente, con tristeza, que en "una cultura en la que esas cualidades son raras, la conquista de la capacidad de amar será necesariamente un raro logro" .

El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo. No se alegra de lo injusto, sino que se goza en la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo. El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías también son algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.
Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor. (1Cor 13, 5-13)


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