lunes, 11 de noviembre de 2013

ESPERANZA PARA LO AMADO

Ahora que la "nube" se esta haciendo imprescindible, tenemos otra "nube" de escépticos que se hacen llamar "realistas informados" cuando en realidad no son sino fracasados sinceros con un corazón esclerotizado.


... el santo Prometeo se ha transformado en la figura de Sísifo, el cual conoce, sin duda, el camino, la lucha y la decisión, y también la paciencia del trabajo, pero carece de un horizonte de cumplimiento. Aquí el obediente siervo de Dios puede ser transformado en la figura del fracasado sincero. No hay ya ni esperanza ni Dios. Tan sólo resta aquel "pensar con lucidez y no esperar", y el amor y la solidaridad sincera con el hombre, como en Jesucristo. ¡Como si el pensamiento adquiriese lucidez sin la esperanza! ¡Como si hubiese amor sin esperanza para lo amado!
Ni en la presunción ni en la desesperación, sino sólo en la esperanza perseverante y cierta, reside la fuerza de la renovación de la vida. La presunción y la desesperación comen de esa esperanza y beben a cuenta de ella. "Pero el que no espera lo inesperado, no lo encontrará", dice una sentencia de Heráclito. “El uniforme del día es la paciencia, y la condecoración es la pobre estrella de la esperanza puesta sobre sus corazones” (I. Bachmann). J. Moltmann. Teología de la Esperanza. Sígueme.1977

Amad la justicia los que gobernáis la tierra,
tened rectos pensamientos sobre el Señor
y buscadlo con sencillez de corazón.
Porque se manifiesta a quienes no exigen pruebas,
se revela a quienes no desconfían. Sab 1, 1-2

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