martes, 4 de febrero de 2014

REGRESIÓN

El término regresión aplicado al ámbito psicológico tiene una definición bastante uniforme en las diferentes escuelas psicológicas. En general son decisiónes o actitudes (patológicas o no) que provocan una involución en el proceso de crecimiento personal llevando a la persona a estadios anteriores.

También en el dominio espiritual (entendido en el sentido lato: Bien, Verdad, Belleza, Justicia...) se producen estos fenómenos. 
La perícopa de la carta a los Hebreos del post anterior claramente describe uno de estos casos, bastante comunes en el marco religioso, frecuentes para los que no nos ocupamos en una pastoral de boutique o en la pastoral cortesana,(diocesana ó parroquial) de élites de gentes religiosas.

También Jesús en el Evangelio hace -posiblemente- mención a ello en la parábola de la oveja perdida. Hoy, en nuestra mentalidad, pensamos más en “pervertida” que “extraviada” (aunque también a esta palabra le siguen connotaciones moralistas). Simplemente se trata de un animal que ha escogido el instinto de su estómago frente al instinto del rebaño. Quizá la situación señalada por Jesús estaría más cercana al debate gusto/deber que nos atañe a los humanos. Si nos fijamos en la proporción, tampoco saldríamos bien parados con nuestra interpretación (la proporción real casi sería inversa a la del Evangelio...) Sólamente que en la parábola el evangelista solo se ocupa del pastor y de sus actitudes, no cuentan estos otros detalles para él.

Volviendo a la cita de Hebreos: Conocedores de la justicia y con los “sentidos entrenados” en la elección y habituados a escoger el bien (que coincide con la definición clásica de virtud). Disciplina y perseverancia, yunque y martillo en la forja de la personalidad o, simplemente, vericueto de plenitud humana personal.



Que yo comprenda, Señor mío

al que se queja y retrocede,

que el corazón no se me quede,

desentendidamente frío...

(Himno del oficio litúgico de las Horas)


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