miércoles, 9 de noviembre de 2016

PERSONA E INDIVIDUO

Después de pasar este circo mediático de las elecciones usamericanas, me cabe catalogarlas por el sabor que queda en mi boca.
Cuando uno asiste a una sesión de un ilusionista auténtico la sensación suele ser de admiración y de cuestionamiento. Cuando nos ponemos  delante de un charlatan, la sensación que queda es hastío y amargura.
Carlos Díaz atribuye a M. Buber afirmación de que la polaridad de persona e individuo se encuentra en cada ser humano. Y son nuestras decisiones, nuestros actos (o inhibiciones=no-actos), los que nos habilitan como personas. Despreocuparnos nos deja solo la opción de existir como individuos.
"Cuanto más el hombre, cuanto más la humanidad están regidos por la individualidad, tanto más se hunde en la irrealidad el Yo. En tales épocas la persona lleva en el género humano y en la humanidad una existencia subterránea, umbrátil, por así decirlo ilegítima, hasta que es llamada a la luz del día."

Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios.  La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontaneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza  de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
 Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.  Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo.
 Porque nuestra salvación es en esperanza; y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?
 Pero esperar lo que no vemos, es aguardar con paciencia. Rm 8, 19-25

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